domingo, 30 de mayo de 2010

51 / LA CARIDAD ROMANA







--------Este asombroso suceso lo cuenta Valerio Máximo en su libro Factorum et Dictorum Mirabilium (Sobre hechos y dichos admirables), en el que recopila una serie de anécdotas ejemplarizantes protagonizadas por los habitantes de Roma. Una mujer recién parida llamada Pero -o Peru- cuyo padre, Cimón, estaba en la cárcel encadenado y condenado a morir de hambre, pidió permiso para visitarlo diariamente. Una vez en la mazmorra, se acercó a él y, extrayendo del corpiño uno de sus pechos, lo amamantó con él y luego con el otro hasta que el anciano quedó saciado. Así siguió haciendo durante varias semanas, hasta que a los guardianes les llamó la atención la resistencia del preso. Descubierto el pastel, todos se llenaron de admiración ante tal ejemplo de amor filial, y por él Cimón fue liberado.
--------Un argumento tan impactante y con tantas posibilidades dramáticas fue rápidamente asimilado por el Arte, que lo ha representado en numerosas ocasiones a través del tiempo. Por eso presentaremos sólo unos pocos ejemplos.
El primero es un dibujo de Murillo, hecho con plumilla y aguada, que desplaza las dos figuras hacia la derecha para que podamos ver la puerta de la cárcel abierta, hacia la que la hija mira con recelo, por miedo a ser descubierta. Se trata del boceto preparatorio para un lienzo de gran formato que, a la postre, apareció por Filadelfia y se perdió en un incendio, lo que infunde un valor especial a este bosquejo rápido y escueto, pero magistral.

--------Una de las versiones más conocidas es la de Rubens, que pintó esta historia en varias ocasiones, pues se adapta perfectamente a su estilo y a sus gustos. Mientras el padre yace sentado sobre la paja, duramente amarrado a la pared con cadenas, la hija le acerca a la boca su seno y lo aprieta para que brote la leche. Ambas anatomías responden totalmente al esquema utilizado por Rubens en sus obras y resulta curioso que el padre no da la menor señal de delgadez ni de inanición, pues su hija es sin duda una buena ama de cría capaz de alimentarlo a él y a su nieto.
--------La tercera imagen es de Jans Jansenn, y podemos, estilísticamente, situarla en el siglo XVIII. Llama la atención el estado de limpieza en que se encuentra la mazmorra, apenas iluminada a través de un pequeño óculo situado a la izquierda. La muchacha ha abierto su vestido y descubre por completo el pecho. Por otra parte, resulta poco creíble que el condenado esté sentado sobre una manta recién estrenada y de un rojo fulgurante. Algo no encaja, pero sigamos.
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Como cierre, dejamos para el final –aunque no cronológicamente- a Caravaggio, que siempre tiene a gala dar una vuelta más de tuerca a los temas. La imagen correspondiente es un fragmento de un cuadro de gran formato que representa las siete obras de misericordia, todas ellas agrupadas en una misma escena. A la derecha, la denominada “dar de comer al hambriento”, es una referencia clara a la historia de Cimón y Pero, con el detalle patético y morboso de que el padre se ve obligado a sacar su rostro a través de los barrotes de la reja para poder sorber del pecho de su hija. Difícil, pero no imposible.
--------Seguramente al pintor le pareció excesivo meter a todos los personajes del cuadro –una docena, incluidos la Virgen y algunos ángeles- dentro de la mazmorra, y encontró esta solución, algo forzada pero válida. ¡Este Caravaggio es la monda…!

3 comentarios:

  1. Una historia interesante, que no conocía, y varias versiones magistrales, aunque el dibujo de Murillo me atrae especialmente, a pesar de estar realizado con tanta sencillez.
    Gracias por descubrirnos estas muestras de arte.

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  2. Hola, Susana: La historia es sorprendente y, como verás, ha sido muy representada en el Arte. Además, ya sé que la aguada de Murillo es la que más te gusta porque es la más zen, la más japonesa, la más haiku, que es lo tuyo, como sigues demostrando palpablemente semana a semana. Un abrazo.

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  3. Esta obra la conocí desde niña, uno de mis tíos reprodujo la versión de Luis Monroy (1845-1918)desde siempre ha adornado la sala de mi abuelita, es una de las mas bellas historias que nos contaba mi abue.

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