domingo, 8 de agosto de 2010

61 / MENINAS’s SHOW II: La magia de las Meninas







--------Este cuadro tiene más miga de la que aparenta a simple vista. Sé de buena tinta que el tal Velázquez no era sólo pintor, sino también “astrólogo, físico y geómetra, arquitecto y adivino, veedor y director de obras, decorador y calculista, conocedor del latín y el italiano, de tramoyas y escenografías, de la cámara oscura y la linterna mágica, de los anteojos de larga vista y de los relojes de sol, del astrolabio y de los ingenios para elevar agua, del número áureo y de la perspectiva, de la cabalística y la mitología, de los símbolos, las fantasmagorías, la fisiognomonía y la cataptromancia...” Con este currículum, ¿cómo va a ser éste un cuadro más?
--------Don Diego era un pintor culto, gran lector y tenía una extensa biblioteca. Sabemos, por ejemplo, que la idea de poner a los reyes en el espejo del fondo la tomó del cuadro El matrimonio Arnolfini, del flamenco Van Eyck (entrega 40 de este blog). También nos consta que la idea de agrupar las figuras de tres en tres –primer gráfico- la sacó de Leonardo, concretamente de su Última Cena de Milán. Y este tal Da Vinci era también complicado y difícil de entender.
--------Pero otras cosas ocultas las ha puesto por iniciativa propia, por su saber y su cultura. Resulta cuando menos curioso comprobar que el pintor, las Meninas y la Infanta Margarita forman con sus cabezas –ver segundo gráfico- una estructura similar a la que tiene la constelación Corona Borealis –llamada por los árabes Alfeca-, con el detalle más jugoso aún de que la estrella más brillante del conjunto se llama Margarita y está situada sobre la cabeza de la infanta del mismo nombre.
--------Tampoco es casualidad que el círculo que une las cabezas indicadas forme un nudotercer esquema- en la de una de las Meninas y, al integrar el resto de cabezas, cree una figura similar al símbolo del clásico signo zodiacal Capricornio, precisamente el horóscopo que tenía la reina por su fecha de nacimiento -23 de diciembre-, como un deseo de buenos augurios para el parto que se avecinaba pues resulta que, en este mismo momento, la soberana estaba encinta. No tuvo suerte la familia real con el tema de la descendencia; se dieron varios abortos, algunos de los retoños murieron al poco de nacer, el varón tan deseado no terminaba de llegar y, para colmo, uno que llega –el príncipe Baltasar Carlos-, va y se nos muere a los pocos años de vida. (Todo el mundo sabe que con Felipe IV y su enfermizo hijo Carlos II el Hechizado acabó la dinastía de los Austrias y comenzó la de los Borbones, cuyo primer representante, Felipe V, vino de Francia).
--------Este tal Velázquez sabía mucho de Astronomía, una ciencia entonces en gestación, pues sólo se conocían siete planetas. (Bueno, bien mirado, tampoco es que hoy hayamos adelantado mucho después de quitarnos a Plutón). También estaba impuesto en Astrología, una ciencia bastante más imprecisa, sustentada sobre todo en la verborrea poética y en utilizar las frases que cada uno quiere oír.
--------En resumen, que nuestro amigo no era ningún paleto y que está claro que este cuadro tiene mucha, pero que mucha miga, como seguiremos viendo en las entregas siguientes. En la próxima hablaremos del gobierno, o sea, de los reyes...

1 comentario:

  1. Me has descubierto cosas muy interesantes. Espero la continuación. Feliz verano.

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