viernes, 22 de enero de 2010

33 / ALZA LA PIERNA Y NOS MIRA


--------Leigh Bovery, el modelo del cuadro, es amigo personal del pintor Lucien Freud y ha posado para él repetidas veces. Casi lo tienen como un juego. Normalmente es el que debe posar el que elige la pose y el entorno. Leigh es bailarín, actor de performance y caricato, diseñador de moda y líder de un grupo musical. Hoy se encuentra juguetón y con ganas de hacer algo distinto. Recogen entre ambos un buen montón de trapos blancos y los echan sobre el suelo de madera. Deshacen la cama hasta dejar desnudo el colchón con su funda a listas verdes y beiges. Después de quitarse la ropa, Leigh se tira al suelo, se apoya con el brazo izquierdo sobre la montaña de retales, levanta la pierna derecha sobre el borde del colchón y mira al pintor que observa sus movimientos. O sea, nos mira a nosotros...
--------Una pose poco usual, muy alejada de lo que Lucien suele pintar, pero –piensa el artista- cualquier cosa vale. El cuerpo está relajado, la sensación es de reposo y me mira con naturalidad. Me basta con eso.
--------A Lucien le importa un pimiento la pose, siempre que vea delante un desnudo –se trata de su serie Naked portraits (Retratos desnudos)- y que pueda encontrar en ella corporeidad, peso, forma y volumen; en resumen, un cuerpo de verdad y no un maniquí ni tampoco un alfeñique. Y aquí está todo eso. Hay músculos y hay redondeces. Hay masas carnales y tonalidades rosas muy variadas; es curioso que la de la pierna levantada no tiene nada que ver con la del muslo; ni la del pecho, suave y voluminoso, se parece demasiado al tono de la cara, más rojizo. Todo depende de la mayor o menor cantidad de blanco. Luego está el sexo, algo excesivo para un bailarín, pero sin demasiada importancia; una parte del cuerpo más a pintar dentro del conjunto.
--------Y, por supuesto, también importa el tema de las pinceladas, que deben seguir en cada momento la dirección adecuada a la forma del músculo o de la superficie: verticales en la pared del fondo y en la puerta; diagonales en el colchón; convergentes en el parqué del suelo y revueltas y desordenadas en el montón de trapos.
--------La fotografía –sigue cavilando el pintor- piensa que nos ha comido terreno a los artistas, pero aquí de lo que se trata es de la tensión, de la fuerza, y en eso una foto no puede competir con una buena pintura en la que las pinceladas, rudas y violentas en unos sitios y suaves y acariciadoras en otros, hablan por sí mismas. Y, por encima de todo, importa la naturalidad del motivo, sea éste hermoso o feo. Además, realmente, ¿qué es la belleza y qué la fealdad?
--------Algo así pudo pasar en un día cualquiera de 1992. Dos años más tarde, Leigh Bovery murió de sida, con sólo 33 años. Este cuadro es algo más que una simple evocación mortuoria. Es la confirmación de que el modelo aún permanece vivo, con el mismo descaro desafiante y con esa fuerza incontenible en la mirada, al menos mientras siga viviendo el Arte...

2 comentarios:

  1. Perturbador. La desnudez no es una vestimenta, como lo suele ser en el/la modelo profesional. Desde luego que su atracción por el desnudo como tema pictórico y su figurativismo "psicoanalítico" hacen honor a su genealogía freudiana. y luego, una curiosidad: ¿por qué el sexo del modelo es "algo excesivo como bailarín"

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  2. la desnudes es l mejor
    pues refleja tal y como es cada persona y no importa las impurezas que tenga

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