lunes, 6 de diciembre de 2010

78 / ¿SOROLLA IMPRESIONISTA?


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Esta es una pregunta que, antes o después, puede surgir ante las obras de este genio irrepetible de la pintura llamado Joaquín Sorolla. Al ver sus paisajes playeros con los niños jugando a pleno sol, sus barcas con las velas hinchadas y a toda luz, a punto de ser varadas en la arena por los bueyes y sus mujeres paseando con los trajes blancos, que en algún momento pueden recordar a las mujeres con sombrilla de Monet -el padre del Impresionismo- muchos pensarán que sí.

----------Mi respuesta es no. Con los impresionistas tiene algunas cosas en común: su pasión por el paisaje, por los reflejos en el agua y, sobre todo, por la luz, la luz presente por doquier y que da vida y color a todo. También el descubrimiento de las sombras coloreadas, ni grises ni neutras. Para comprobarlo, basta con mirar la obra de arriba. El sol lo envuelve todo y estalla sobre la superficie del agua, hasta el punto de que el pintor ha tenido que colocar una caseta con cuatro telas para que no se nos cieguen los ojos. Las sombras que proyecta dicha caseta sobre la arena son de un azul limpio y el sol se cuela por las rendijas, dibujando líneas rosadas sobre la misma arena y en el suelo. Todo esto es puro Impresionismo.

----------Pero jamás un pintor impresionista hará unas figuras de tamaño tan grande, porque para él el paisaje sería lo primero y la figura, casi siempre de pequeño tamaño, sólo tendría la función de animarlo. Por nada del mundo un impresionista –Renoir o Monet, por nombrar alguno- usaría esas pinceladas tan anchas y tan largas para modelar las túnicas que las dos adolescentes están a punto de quitarse. Ni los rostros estarían tan definidos si los hubiesen pintado Pissarro o Degas. Tanto las cortinas que ondean al aire como las sombras azules serían auténticas sinfonías de pequeñas pinceladas de mil colores yuxtapuestos que, al entrecerrar los ojos y verlas desde lejos, nos darían la impresión de una luminosidad maravillosa.

----------La niña que se recorta en el borde del cuadro a la izquierda sí que es impresionista, porque la fotografía, -que ya por entonces tenía más de cincuenta años de vida- había introducido en el arte la composición espontánea y la figura incompleta, o sea la instantánea.

----------¿Entonces qué, lo es o no lo es? Mi opinión es que ni lo es ni tampoco deja de serlo, porque está nadando entre ambas realidades contradictorias. Por eso, para él y sólo para él se ha inventado un término –poco divulgado, ciertamente- que es el de luminista, es decir, que practica un Impresionismo sui géneris, con un estilo propio que llamamos Plenairismo o Sorollismo. Un estilo personal e irrepetible, fruto de unas dotes increíbles y producto de una observación atenta del entorno, además de resultado de una memoria visual prodigiosa. Todo esto junto era Sorolla. Basta mirar la segunda imagen, también de tema mediterráneo.

----------Porque el sol del Mediterráneo está encerrado en un mapa de pinceladas, pastosas las de luz y más líquidas las de la sombra. Como debe ser…

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