----------Hay cuadros que, sin saber por qué, nos atraen y, aún más, nos fascinan. Este es, siempre según mi opinión, uno de ellos. La verdad es que no sabemos el motivo de esta atracción imprecisa, porque la obra no representa nada especial, ni catástrofes, ni tragedias, ni ningún hecho extraordinario: todo está dentro de lo rutinario, aparentemente.
----------Los escasos elementos que aparecen en El mundo de Christine (Museum of Modern Art, N. Y.), obra pintada por el norteamericano Andrew Wyeth, están extraídos de la América profunda, la de los pequeños pueblos donde la vida transcurre plácidamente y se vive en comunión con la naturaleza: las casas de madera de dos plantas, aisladas y rodeadas de terreno de cultivos o de prado, los pajares cercanos, los animales domésticos por alrededor; un mundo idílico en el que el hoy es siempre igual al ayer y al mañana.
----------Christine es una muchacha de unos 18 ó 20 años que está sentada sobre la hierba, mirando el sendero que va hacia la casa, que apenas se vislumbra a la derecha de la composición. Parece flotar en un mar vegetal con escasos toques de flores que ocupa la mayor parte del cuadro. Si fijamos nuestra atención en el suelo, percibimos el detalle con el que está pintado el sembrado. Nada hay que resalte sobre el resto, pero tampoco se trata de una repetición inexpresiva. Los tallos medio secos, normalmente dibujados arañando con el mango del pincel sobre la témpera recién aplicada, forman parte de un mundo compacto y a la vez diferenciado. Sólo el toque luminoso destaca una ladera por encima del resto del terreno.
----------La joven se apoya, parece que con esfuerzo, en sus dos manos que apenas la sostienen, pues sus brazos son demasiado delgados. Tiene el negro pelo medio suelto, con un moño descuidado y la brisa le agita el flequillo. Lleva un vestido tipo bata sujeta a la cintura por una fina correa de cuero. Curiosamente, los pies reposan como inertes sobre el suelo. Hay algo extraño en esa estructura corporal... ¿Qué está pasando?
----------Se trata de la vecina poliomielítica de los Wyeth. Normalmente va en silla de ruedas –de ahí esa sensación de que las piernas están inertes- y nadie se explica cómo ha llegado hasta aquí, tan lejos de la granja que es su mundo. Pero lo que sí sabemos es que nunca conseguirá llegar arrastrándose hasta la casa, si alguien no la ayuda...
----------Muchos años más tarde, el mismo Wyett pintó un retrato a Christine, ya de mayor, y gracias a él podemos ver su rostro de rasgos fuertes y con un cierto aire de india piel roja...
----------Los escasos elementos que aparecen en El mundo de Christine (Museum of Modern Art, N. Y.), obra pintada por el norteamericano Andrew Wyeth, están extraídos de la América profunda, la de los pequeños pueblos donde la vida transcurre plácidamente y se vive en comunión con la naturaleza: las casas de madera de dos plantas, aisladas y rodeadas de terreno de cultivos o de prado, los pajares cercanos, los animales domésticos por alrededor; un mundo idílico en el que el hoy es siempre igual al ayer y al mañana.
----------Christine es una muchacha de unos 18 ó 20 años que está sentada sobre la hierba, mirando el sendero que va hacia la casa, que apenas se vislumbra a la derecha de la composición. Parece flotar en un mar vegetal con escasos toques de flores que ocupa la mayor parte del cuadro. Si fijamos nuestra atención en el suelo, percibimos el detalle con el que está pintado el sembrado. Nada hay que resalte sobre el resto, pero tampoco se trata de una repetición inexpresiva. Los tallos medio secos, normalmente dibujados arañando con el mango del pincel sobre la témpera recién aplicada, forman parte de un mundo compacto y a la vez diferenciado. Sólo el toque luminoso destaca una ladera por encima del resto del terreno.
----------La joven se apoya, parece que con esfuerzo, en sus dos manos que apenas la sostienen, pues sus brazos son demasiado delgados. Tiene el negro pelo medio suelto, con un moño descuidado y la brisa le agita el flequillo. Lleva un vestido tipo bata sujeta a la cintura por una fina correa de cuero. Curiosamente, los pies reposan como inertes sobre el suelo. Hay algo extraño en esa estructura corporal... ¿Qué está pasando?
----------Se trata de la vecina poliomielítica de los Wyeth. Normalmente va en silla de ruedas –de ahí esa sensación de que las piernas están inertes- y nadie se explica cómo ha llegado hasta aquí, tan lejos de la granja que es su mundo. Pero lo que sí sabemos es que nunca conseguirá llegar arrastrándose hasta la casa, si alguien no la ayuda...
----------Muchos años más tarde, el mismo Wyett pintó un retrato a Christine, ya de mayor, y gracias a él podemos ver su rostro de rasgos fuertes y con un cierto aire de india piel roja...
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