sábado, 18 de septiembre de 2010

67 / LA BEBEDORA DE AJENJO


----------Edgar Degas pintó este cuadro –Museo d’Orsay, París- en 1875. Estamos en el café La Nueva Atenas, centro de reunión de artistas y de solitarios. La mujer y el hombre se hallan sentados muy cerca uno del otro, pero no comparten nada. Si acaso les une la copa que tienen delante, llena de un líquido verdoso y turbio. Es la absenta, absynthe o ajenjo, una bebida que llega a tener un 70% de alcohol. El tipo fuma descuidadamente una pipa perfumada, mientras mira por la ventana, pero a la mujer se le nota la soledad en los ojos, preñados de ausencia y de nostalgia.
----------El ajenjo, también llamado asintio, se obtenía por destilación de un puñado de hierbas, entre ellas una variedad de Artemisia, de sabor amargo y con propiedades medicinales, ya conocida por los médicos griegos y árabes. En Francia encontró el ambiente propicio para su consumo y llegó a ser la bebida típica de los literatos y artistas bohemios del París de las buhardillas. Se endulzaba con un terrón de azúcar y, al echarle un chorro de agua, se enturbiaba, al estilo de nuestra paloma de anís seco, pero en verdoso en vez de en blanquinoso. Zola, Verlaine y Baudelaire entre los escritores y artistas como Van Gogh, Gauguin y otros fueron adictos consumidores de la absenta que –luego se supo- atacaba al cerebro gracias a un componente llamado tuyona.
----------Llegó a ser tan popular que, en toda Francia se institucionalizó “l’heure verte”, algo así como una hora del día en que prácticamente el tout Paris estaba tomando ajenjo en un sitio u otro. Algo similar al five o’clock tea de los ingleses, pero más hard, más agresivo y con tintes progres. Posteriormente se fue comprobando que su consumo continuado llegaba a producir alucinaciones, calambres, convulsiones y un deterioro mental irreversible. Bajo sus efectos se cometieron muchos crímenes y los obreros dejaban de ir a trabajar porque se quedaban en casa durmiendo la mona de la absenta. A esta nueva enfermedad social se le llamó absentismo, tan frecuente en nuestra actual sociedad laboral y sobre todo en nuestro funcionariado, aunque por otros motivos.
----------Pero Ellen Andrée, la modelo del cuadro, ignora todo esto. Ella sigue acudiendo diariamente al bar, donde ya tiene un sitio reservado, para sumergir en ajenjo su tristeza y los fracasos que van jalonando su monótona y aburrida existencia.
----------Aún es hermosa, pero los golpes de la vida la han hecho ya frágil y quebradiza. Es hermosa, sí, pero también es triste...

2 comentarios:

  1. ...mis felicitaciones por su trabajo...y por su blog...saludos...http://anonimodelapiedra.blogspot.com/

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  2. Que interesante! Me ha gustado conocer el origen de absentismo, y tambien el cuadro. Yo solo conocia el de Picasso, por lo que ha sido un feliz descubrimiento. Tengo entendido que los bohemios de la epoca tambien le daban al opio. Un saludo.

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