domingo, 12 de septiembre de 2010

66 / MENINAS’s SHOW VII: ¿De quién es el perro?



----------Cuando, mientras Velázquez retrata a los reyes, irrumpe la infanta Margarita con las Meninas y toda la patulea, el primero que se planta en un lugar preferente es el perro, un formidable mastín español, ya entrado en años, de cabeza y pecho poderosos y acostumbrado a aguantar las mil y una perrerías a que lo tenían acostumbrado en el ambiente cortesano. Claramente, no se cumple en la infanta niña aquel refrán de “no tiene padre ni madre ni perrico que le ladre”, puesto que la infanta lleva con ella, en este caso, no uno sino tres perros, uno de cuatro patas y dos de sólo dos, y no patas, sino piernas.
----------En efecto, ahí los tenemos, al mismo nivel que la mismísima infanta y casi chupando más cámara que ella. Son dos enanos de la corte, con nombres y apellidos, pero cuya función es muy similar a la que tiene el perro: divertir a la niñita, entretenerla con un sinfín de monerías y aguantar sus bromas, sus empellones y, en ocasiones, puede que sus patadas. Exactamente lo mismo que hace el perro, pero sin ladrar.
----------La primera se llama doña Maribárbola, y procede de la lejana Alemania, de donde también vino el fundador de la dinastía, Carlos I de España y V de Alemania. Viste un precioso vestido azul con ribetes de seda y tiras doradas. Lleva un vistoso collar de oro al cuello, aunque lo que más resalta es su enorme cabeza, producto de una macrocefalia que la acompaña desde su nacimiento. Aun siendo pequeña, como lo son sus manos infantiles, su rostro es poderoso y enmarca unos ojos profundos, una nariz ancha aunque achatada y una gran boca que se derrama en las comisuras. Su cuello es ancho y fuerte y sus brazos cortos quedan disimulados por unas mangas elegantes, según la moda más fashion de la Corte. Nos mira con atención –en realidad mira a los reyes- y, al hacerlo, nos da una categoría similar a la de los monarcas. Cosas del arte…
----------El segundo se llama Nicolás de Pertusato, aunque aquí le dicen Nicolasito de Portosanto, más que nada por la confianza y porque suena más de aquí. El hombre –que no niño, pues ya no cumple los cuarenta- no tiene más manía que pegarle patadas al perro, que mira a los reyes y, como siempre, al mirarlos nos mira a nosotros. Cosas de Velázquez...
----------Los tres “perros” visten elegantemente, de azul y seda la una, de rojo y seda el otro y de suave pelo aterciopelado el de cuatro patas. Entre todos forman un conjunto que late al unísono, una tríada compacta porque comparten experiencias similares: todos ellos tienen que aguantar las gracias poco graciosas de la infanta, de las Meninas, de los ayos y hasta del hombre de la escalera. Pero con una diferencia: los dos primeros recibían del Rey regalos y propiedades, mientras que el tercero sólo recibe puntapiés. A pesar de ello, Don Diego le regaló la inmortalidad y, hoy por hoy, es sin duda el perro más famoso de la historia.
----------¡Lástima que no tenga nombre! Aunque, puestos a sugerir, ¿qué tal suena Menino? Bueno, mejor lo dejamos...

2 comentarios:

  1. La verdad es que ese perro "menino" tiene un porte majestuoso, aunque también cierto aire de resignación. Gracias, Ignacio.

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  2. El perro se llama Moisés y es de Nicolás Pertusato (Nicolasillo)

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