sábado, 31 de octubre de 2009

CORPUS HYPERCUBICUS



--------Un hipercubo es una figura geométrica resultante del desarrollo de un hexaedro, al sustituir cada una de sus seis caras por otros tantos cubos. Esta es la forma -cuyo remedo vemos luciendo con frecuencia en las fachadas de las farmacias de nuestras ciudades- que ha utilizado Dalí para crear esta pseudo-crucifixión. Y digo pseudo porque no creo que merezca el apelativo de crucifixión como tal, dado que la sangre, las espinas, los clavos, el dolor en general, están absolutamente ausentes de la escena.
--------Yo denominaría a este Corpus Hypercubicus (Metropolitan Museum of Modern Art, N. Y.) una “crucifixión de diseño”, un producto fashion en el que la figura de Jesús se presenta al público como expuesta en un escaparate, con un cuerpo liso y totalmente depilado de metrosexual. Unos clavos virtuales flotan, más que atraviesan, junto al cuerpo pues en ningún momento hay perforación, ni desgarro, ni sangre.
--------Y si pasamos a la Virgen María –que no es otra que Gala, su esposa- nos vuelve a llamar la atención esa juventud recalcitrante con antecedentes en la Pietà de Miguel Ángel. Esto lo admito porque me recuerda la atemporalidad de la Virgen María, debido a que fue exenta del pecado original. Lo que me cuesta bastante más aceptar es ese peinado recién salido de una peluquería “unisex”, con bucles y tirabuzones por doquier. Y esos mantos de seda natural de color blanco y amarillo que cubren la túnica oscura con la que se viste quien se supone era una sencilla mujer de una pequeña aldea del antiguo Israel.
--------Admitámoslo: ambas figuras están posando descaradamente. No hay drama por ninguna parte. Tal vez un pequeño indicio en el hecho de que Jesucristo contraiga intensamente los brazos y las piernas, provocando así la aparición de algunas venas hinchadas por el esfuerzo. Los artistas de todos los tiempos –desde los primitivos italianos a los expresionistas alemanes- se han esforzado en representar el tema de la Crucifixión –seguramente el que más veces ha sido pintado en la historia del Arte- para provocar en los espectadores sentimientos de piedad si son cristianos o, al menos, de compasión en los no cristianos, ante un drama tan sangriento como injusto.
--------Lo confieso: esta Crucifixión de Dalí, con su suelo embaldosado, su tarima de preferencia para la Virgen, su cruz de diseño avanzado y sus clavos virtuales me deja absolutamente frío. Admiro la calidad de las sedas, sus pliegues y su textura suave; me llama la atención el fino modelado del cuerpo joven de la figura que pende y los efectos perspectívicos del suelo y de la misma cruz. No es la primera vez que Salvador Dalí nos convence de que es un dibujante habilísimo y con recursos. Me gusta que sitúe la escena en Port Lligat, su pueblo, para dar actualidad al argumento. Me agrada que la luz del atardecer brille a lo lejos por el horizonte...
--------Pero, por encima de todo, debo confesar que esta obra me deja –no puedo evitarlo- con la cabeza caliente y los pies fríos. Opino que el arte que pretende llamarse religioso es y debe ser otra cosa muy distinta...

2 comentarios:

  1. Me parece muy acertado el comentario hecho a la obra de Dalí. Personalmente esta crucifixión y en general la obra religiosa de Dalí no me producen la más mínima emoción. Por otra parte Ignacio, quiero agradecerte la sencillez y la facilidad que tienes para acercarnos a las obras de arte con respeto a la vez que con alegría como quien saluda a un conocido que nunca deja de sorprendernos. Gracias.

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  2. Franki: Bienvenido a este pequeño foro de aficionados y dilettantes del arte. Creo que, a lo largo del tiempo, volveremos a coincidir en nuestras apreciaciones. Lo vislumbro. Gracias por tu apoyo y te agradezco tus visitas. Un abrazo. Ignacio.

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